En ELIN promocionamos espacios de encuentro donde, a través del intercambio, adquiramos y mejoremos nuestra conocimiento sobre los Derechos Humanos y desarrollando un pensamiento crítico sobre la realidad migratoria.
Es por ello, que cada verano organizamos un campo de trabajo y ahora, en julio, llegó el primer grupo de personas venido de la península con el que hemos podido compartir diez días intensos, llenos de anécdotas que nunca olvidaremos.
El primer día es un reto. Hay muchas incógnitas y mucha emoción. La acogida es un momento clave para empezar a construir el puente de sororidad, fraternidad e igualdad que, con el paso de los días, cruzaremos.