Desde el 2 de marzo hasta el jueves pasado tuvo lugar el proyecto que, desde el año 2016, se lleva a cabo en el Campus Universitario de Ceuta con el primer curso de enfermería en los seminarios de la asignatura de Transculturalidad con el profesor Ángel Quero.

Este proyecto consiste en reunir a colectivos de diferentes orígenes socioculturales para desarrollar una reflexión sobre el tema de las relaciones interpersonales e interculturales.
Gracias a él se comienzan a romper los PREJUCIOS y ESTEREOTIPOS que se han creado sobre las personas migrantes y se potencian los aspectos comunes que compartimos.


Estas dos semanas juntos
facilitan el intercambio de conocimientos, valores y reflexiones sobre diferentes temáticas relacionadas con la salud, las relaciones interpersonales, la juventud, etc.
Se crea un punto de encuentro entre personas de diferentes esferas socio-culturales a través y se potencian las relaciones directas desde la igualdad y el respeto.

Se sensibiliza al mundo estudiantil sobre la realidad de las personas inmigrantes en Ceuta y sobre la riqueza de la diversidad cultural.

Es maravilloso ver la transformación, desde el primer día en el que nos vemos por primera vez, tímidxs, vergonzosxs, con distancias… a medida que los minutos van pasando y las barreras y fronteras mentales van derrumbándose.


En pequeños grupos, realizamos dinámicas basadas en la confianza y el conocimiento mutuo. Para terminar cada sesión hacíamos una puesta en común en la que cada grupo expresaba lo vivido y aprendido.

La segunda semana nos centramos en los remedios naturales, instrumentos médicos, principales adicciones en los jóvenes y hábitos de vida saludables. Acompañamos estos contenidos con teatros y trabajo en grupos, algo que lo hizo mucho más enriquecedor y divertido.



Los dos primeros días de la segunda semana pudimos disfrutar compartiendo una merienda y bailando juntos. El último día de taller, dadas las precauciones por la situación actual, restringimos mucho las dinámicas, pero, aún así, fue muy emocionante recibir los diplomas y soñar con cuándo podremos celebrar en la playa la suerte de conocernos.




Paula Domingo vive de cerca el fenomeno migratorio en la frontera de Ceuta desde hace 19 anos. Es religiosa Vedruna y forma equipo con su asociacion ELIN. Su retina ha visto crecer la valla que rodea la ciudad y tambien la insolidaridad que la acompanaba. Desde 1996, cuando efectivos del Tercio de la Legion y del Cuerpo de Regulares repusieron la antigua alambrada que separa Ceuta de Marruecos, pasando por 1999, cuando comienza a sustituirse la valla de alambre de 2,5 metros de altura por otra de acero galvanizado de 3,10 metros de altura y reforzada con alambre de espino, hasta la actualidad, cuando la valla ha sido doblada en altura, a 6 metros, bajo los auspicios del programa europeo Frontex ?.