Navidad. Un tiempo para fortalecer los lazos que nos unen.

Pase el tiempo que pase, la Navidad en Elín siempre es especial.

El grupo de personas que se encuentra en ese momento es distinto al de años anteriores y del tiempo que vendrá. Para muchos de los voluntarios, que vienen a compartir esos días con nosotr@s, es su primer contacto con esta realidad. Pero lo que perdura, pese a la dureza de la situación que vivimos, es la esencia de Elín: la familia.

La familia es amor, es apoyo incondicional, es alegría, es el oasis donde recobrar fuerzas y continuar el camino de la vida, que nos ha llevado hasta encontrarnos aquí.

Entrar por la puerta de Elín es entrar en casa y encontrar a tu familia que te recibe con una sonrisa dibujada en un montón de lenguas.

Este año, el día de Navidad trajo regalos para todos después de divertirnos haciendo pruebas imposibles como que cuatro personas se subieran en una silla.

Y llegó el último del año lleno de deseos llenos de paz, de amor, de esperanza, de alegría que se convirtieron en abrazos y baile. Entre uvas y teatro, disfrutamos de las últimas horas del 2019.

Porque la Navidad en Elín es un tiempo donde la espiritualidad está presente de muchas formas que cada persona vive a su manera, siempre respetando al que se sienta a su lado, y que nos une un poco más si cabe.

 

 

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