Encuentros sin fronteras: «VOLS»

Experiencia de Neus Vidal, del grupo de los salesianos de Mataró, que participó como voluntaria este verano en Ceuta en uno de los Encuentros Sin Fronteras.

Recuerdo todavía la casa, que aunque pequeña, parecía que crecía cada vez que llegaba alguien nuevo. Ya hace un mes que volvimos pero todavía tenemos la sensación de estar en Ceuta en la Asociación Elin con Cande, Teo y Paula y los voluntarios y voluntarias. Es curioso como 10 días pueden cambiar el curso de tu vida, creo que hablo en nombre de mis compañeros, cuando digo que volvimos siendo personas diferentes a las que éramos antes de vivir la experiencia de Ceuta.

Supongo que la situación de Ceuta nunca es fácil. Nosotros llegamos cuando hacía muy poco, el día 26 de julio, que un grupo numeroso de personas habían saltado la valla, lo que suponía que muchas de ellas iban a Elin, además de las que ya llevaban meses vinculados a la Asociación.

La situación en el CETI (Centro Temporal de Inmigrantes) era preocupante.

Éramos un grupo bastante numeroso de voluntarios/as. Durante 10 días hicimos diferentes actividades. Por las mañanas comenzábamos haciendo rutas en diferentes grupos ,para tomarnos un zumo con los jóvenes subsaharianos  que estaban en la calle. Cuando volvíamos, teníamos formación en torno a la inmigración en situación de irregularidad, las políticas migratorias y la relación Europa-África.  Las formaciones  fueron  muy intensas y nos planteaban muchos interrogantes  en torno a nuestra sociedad y a nuestra vida.

Por la tarde dábamos clases de español y después hacíamos actividades,  máscaras, monederos etc. O bien íbamos a la playa. Al final del día hacíamos una dinámica para cerrar el día y después se valoraba la organización, las actividades y se planificaba el día siguiente.

Estas eran nuestras tareas y actividades pero la tarea más importante que hicimos fue poner nombre a los números que salen en los titulares de las noticias. Conocimos a los inmigrantes de tú a tú. Pusimos rostro a las personas que desde  los discursos políticos y la imaginación colectiva dicen que vienen a robarnos el trabajo.  Como fruto de la convivencia tuvimos la oportunidad de conocer personas realmente valientes que se ven infravaloradas y maltratadas por estereotipos que están en el subconsciente de gran parte de la sociedad. Estereotipos injustos que apoyan la discriminación sistemática con la que se encuentran cuando llegan a Europa.

Ahora nos encontramos  en una situación de querer evidenciar esta situación tan injusta en los sitios donde nos movemos. La experiencia nos ha hecho ser más conscientes y críticos. Por eso más que un voluntariado, ha sido un intercambio de experiencias.

Creo que en 10 días, hemos aprendido más que en muchos años de nuestras vidas y nos han sugerido muchos interrogantes que todavía tenemos que responder. Nos quedan muchas cosas que vivimos para pensar y repensar, para valorar y aprender de todos estos jóvenes, que para nosotros son héroes. Unos  héroes con ganas de vivir, de aprender y de soñar. Unos héroes que después de años de dolor, lo primero que hacen cuando te ven es sonreír, darte la mano, ponerla en su corazón y preguntarte “ ca va? “ Boza! Free!

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