Este mes de noviembre también ha estado marcado por las restricciones sanitarias para hacer reuniones y concentraciones por lo que se decidió hacer el Circulo de Silencio Online, vía Zoom.
Más de una veintena de personas se unieron y se solidarizaron en este Círculo.
Compartimos el vídeo completo:
COMUNICADO:
Hoy, segundo miércoles del mes de noviembre, nos volvemos a unir en Ceuta para defender la dignidad de las personas inmigrantes, una dignidad que vemos pisoteada por las políticas migratorias españolas y europeas.
Hoy, son numerosas las fronteras que siguen siendo, cada día, lugares de violación de los derechos humanos y de la dignidad de cada persona, dando lugar a continuas muertes en el mar.
Un total de 1.426 personas han muerto en lo que va de año en diferentes rutas migratorias de todo el mundo, siendo la del Mediterráneo la más letal, según un estudio publicado por la Organización Internacional para las Migraciones.
La llamada Ruta Canaria se encuentra desde hace meses en cifras que no tienen precedentes desde la crisis de los cayucos de 2006-2008, con más de 13.000 llegadas a las islas en lo que va de año. Esta ruta atlántica comenzó a reactivarse en agosto de 2019, según revelan los datos del Ministerio español del Interior, cuando se cortaron a la mitad las entradas irregulares por el Estrecho y por las ciudades de Ceuta y Melilla, debido al mayor control, represión y persecución en el lado marroquí.
Esto acabó abriendo otra vía y empujando a los migrantes hacia la ruta del Atlántico, más extensa, más difícil de controlar y mucho más arriesgada. La ruta de las Islas Canarias es conocida desde hace ya tiempo por ser la más mortal del Mediterráneo, pero ha sido en el año 2020, cuando se ha hecho más evidente esta tendencia.
Las salidas tienen lugar desde Mauritania, Senegal y Gambia en un trayecto que comporta hasta 1.700 kilómetros de navegación por el Atlántico algo que ha dado lugar a varios naufragios. Las personas que emprenden esta ruta tienen que pasar días, a veces incluso una semana completa en el mar, casi siempre enfrentándose a condiciones meteorológicas y vientos adversos. Su única esperanza es un rescate de Salvamento Marítimo, pero la zona de búsqueda y rescate de la organización española es de un millón de kilómetros cuadrados. Este es un territorio inmenso si una embarcación se ha perdido, un motor ha fallado y con gente a bordo sin ningún medio de comunicación en el Atlántico.
Uno de los sucesos más dramáticos ocurridos este mes pasado ha sido el naufragio de una embarcación que partió de Senegal el 24 de octubre, desde la localidad de Mbour, rumbo a las islas Canarias. La embarcación naufragada transportaba a unas 200 personas, pero solo 59 de ellas fueron rescatadas con vida tras la intervención de barcos oficiales de
Senegal y España y de pesqueros que faenaban en la zona. Se han localizado al menos 20 cadáveres.
Según dirigentes locales citados por la OIM, la embarcación se incendió solo unas horas después de zarpar tras la explosión del motor y se hundió cerca de Saint-Louis, en la costa noroeste del país africano. Al menos 140 migrantes y refugiados han perdido la vida frente a las costas de Senegal, en el naufragio más mortífero registrado en lo que va de 2020 pero no el único, en este mismo año han muerto en esta ruta al menos 414 personas.
Debido al aumento de las llegadas a las Islas Canarias, ahora mismo hay más de 1.000 personas migrantes hacinadas en un recinto en el que tan solo podrían estar unas 420, y al menos hay 45 positivas por Covid, en ese campamento que no reúne el espacio, ni las infraestructuras adecuadas ni tampoco unas óptimas condiciones higiénico-sanitarias. Además hay muchas más perdonas en tiendas de campañas hacinadas en las playas.
A esta situación de violación de derechos se le suma que, tras ocho meses en suspenso, forzado por el cierre de fronteras impuesto por la pandemia, el Ministerio del Interior reanudará la expulsión a Mauritania de inmigrantes llegados irregularmente a Canarias.
Según fuentes conocedoras del operativo, el primer vuelo de deportación se realizó ayer. Mientras aumentan las muertes y desapariciones en el mar, la Frontera Sur se va blindando en Ceuta. En algo más de 8 kilómetros se está retirando la alambrada y se ha colocado la valla más alta que hasta la fecha había planteado Interior para las dos ciudades hermanas. Diez metros de altura, diez metros de trabas para los que quieren llegar a Europa por las puertas de Ceuta o de Melilla. Es la auténtica ambición hecha realidad del
ministro Fernando Grande-Marlaska.
También queremos recordar a todos los que buscando una vida mejor, siguen lanzándose al mar nadando o en pequeñas lanchas desde las costas de Marruecos a Ceuta o la península, dando lugar a varios desaparecidos y muertes cuyos cuerpos a veces aparecen en la playas de nuestra ciudad.
Hoy queremos denunciar con todas nuestras fuerzas, este control férreo de fronteras por mar y tierra, que cada día va aumentando los fallecidos o desaparecidos ahogados en el mar, atrapados por un Estrecho que no cesa en el número de tragedias, en un Estrecho convertido en la gran fosa común de cadáveres nunca identificados.
¡No nos vamos a acostumbrar a estas tragedias frente a nuestros ojos! Hoy, una vez más, en silencio, exigimos vías seguras y legales. Que nuestro silencio sea el grito de todas y todos los que sufren estas situaciones o
os que no han podido llegar para hacer escuchar su voz.