En Rabat, visitando a una familia |
De modo especial vivimos el encuentro en el bosque de Oujda, a unos kilómetros de de la universidad, donde estaban escondidos unas 400 personas de distintas comunidades subsaharianas. A través de Adama, nuestro veterano colaborador en Rabat, pudimos acceder a uno de los campamentos, acompañados por uno de ellos. De repente recordamos otros momentos vividos en el campamento de Ben Yunes en la frontera de Ceuta hace algun tiempo. Nos encontramos caminando hacia un lugar inhóspito, solitario, con dificil acceso y lejos de la civilización; teníamos la sensación de estar escondiéndonos por miedo a ser descubiertos. Ese es realmento su sentimiento. La necesidad de permanecer en el anonimato, en la invisibilidad para no ser descubiertos y poder hacer realidad la esperanza de que suceda el milagro, la posibilidad de poder viajar a España o Europa…Aún resuenan en nuestras mentes algunas de sus palabras «Esto es muy duro, a veces todo se oscurece“ «Gracias por la sorpresa de veros, vuestra presencia nos anima y nos da valor y coraje para seguir buscando un futuro mejor”. Uno de ellos nos expresaba con gran pesar “He intentado pasar a España 7 veces y no se si tengo que desistir y buscar otra cosa”. Fue un regalo el poder animarnos mutuamente, ellos y nosotros, porque su valor y aguante se hace compromiso en nosotr@s y desearíamos que de alguna forma os llegara también a vosotr@s.
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En el bosque de Oujda con los jefes de diferentes comunidades |
Os animamos a no dejar apagar en vuestro corazón las experiencias personales de encuentro con estas personas, que cada día nos posibilitan sentir que la solidaridad es más grande que el egoísmo y que el compromiso con la justicia es capaz de cambiar nuestras vidas.